Usar la tecnología Bluetooth para rastrear contagios un método nuevo, pero poco fiable

Todos conocemos ya la tecnología Bluetooth que nos permite la conexión de distintos terminales electrónicos para que se comuniquen entre ellos en el envío de todo tipo de información, desde archivos hasta incluso conversaciones en tiempo real. Su característica esencial de no requerir ningún cable, es quizás su mejor virtud. Uno de estos artículos equipados con Bluetooth y que está dando mucho que hablar estos días, son los auriculares inalámbricos conectados a nuestros móviles. 
Recientemente, las dos grandes empresas dedicadas a la tecnología móvil -Apple y Google-, se centraron en elaborar una app que extraiga datos de geolocalización para trazar mapas de posibles contagios entre la ciudadanía. No obstante, y dado que esto invade la privacidad de las personas, se ideó otro método menos intrusivo basado en las ondas que nuestro móvil es capaz de generar, de forma que así se puede saber si tenemos a alguien próximo o no. Ya que gran parte de la población lleva un móvil encima, el proceso es bastante fiable, aunque las últimas declaraciones de los expertos informan de que hay un punto débil que no hay que desdeñar.
El funcionamiento de estas apps actúa emitiendo ondas Bluetooth tal cual haría unos auriculares para emparejarse con el terminal. Son unas ráfagas de ida y vuelta que el terminal envía y acepta respectivamente para saber el estado del emparejamiento o envío de información. El caso es que lo que pretenden estas aplicaciones es memorizar de qué terminales has recibido impactos de ondas Bluetooth, de forma que si al final esa persona da positivo por COVID-19, te podrán avisar de que tú estuviste cerca de esa persona y que -por lo tanto- puedes también estar contagiado.

Problema del Bluetooth con el entorno

¿Y dónde está el problema a esta teoría? Pues en las propiedades intrínsecas de las ondas Bluetooth que, recordemos, actúan como ondas de radio convencionales, con las mermas inherentes de las mismas. Así, la señal de esta onda se puede ver mermada por el mobiliario urbano, los edificios, el bolsillo donde está guardado el móvil o incluso por las propias personas. La señal sufre un debilitamiento que hacer que se pierdan paquetes o, incluso, que no se reciban.
Esta traba supone un gran problema si se quiere emplear para rastrear posibles contagios. La intensidad de la señal Bluetooth es tan variable que no garantiza que los datos sean fiables, pudiendo resultar en falsos negativos. Puede darse el caso que una persona infectada esté a menos de dos metros de ti y que tu móvil reciba una señal Bluetooth de intensidad muy débil a causa del entorno, dictaminando que entonces estaba a doce metros. Y es que, estas apps se basan en la intensidad de la señal recibida para valorar la distancia de separación.
Además, el modelo del terminal también es un factor determinante, pues por ejemplo, los Xiaomi son conocidos por emitir señales Bluetooth de muy fuerte intensidad, pudiendo transmitir la sensación (en esas apps) de que está muy cerca de nosotros.
La solución que se baraja es hacer muchas pruebas a según qué dispositivos para ir valorando la influencia que tiene el dispositivo móvil según la potencia de la onda que emite para ponderar así sus valores, aunque incluso así, se observan muchas deficiencias en el método.
No en vano, Jaap Haartsen y Sven Mattisson, los creados de la tecnología Bluetooth, confirmaron que los problemas de precisión del BT son demasiado grandes como para obviarlos. Según ellos, usar el GPS sería lo óptimo, aunque claro, sería una clara invasión a la privacidad. El Bluetooth no toca la privacidad para nada, pues solo vulnera (si es que lo hace) el tema de la proximidad, mas no te ubica en ninguna dirección ni recopila datos personales. Es decir, el BT permite sacrificar precisión en favor de la privacidad, mientras que el GPS haría lo contrario.
Este problema está motivando a multitud de empresas de hardware a buscar posibles mejoras al componente Bluetooth para hacerlo menos proclive a sufrir por el entorno.

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