Los nuevos planes de Aprilia y KTM para incorporar un equipo satélite

Aprilia nació en el mundo carreras y es la auténtica bandera deportiva del Grupo Piaggio. Esta empresa cuenta con la cantidad de 294 Gran Premios ganados en el Mundial de Motociclismo, Aprilia tiene el récord de victorias entre los constructores europeos en la historia del motociclismo mundial. En el mundial SBK Aprilia ha conquistado 41 victorias y 89 podios, a los que se suman nada menos que 54 títulos mundiales: 38 en el Mundial de Motociclismo, 7 en Superbike  y 9 en las disciplinas Off Road.

Las tres fábricas reconocen la importancia de contar con un segundo equipo en MotoGP en el futuro, aunque ninguna de ellas lo tiene como un objetivo prioritario a corto plazo.

Suzuki, Aprilia y KTM han sido las últimas fábricas en llegar de forma oficial a MotoGP y los años de experiencia del resto de marcas generan un importante handicap para todas ellas. Si a eso se le suma una mayor presencia por parte de Honda, Yamaha y Ducati, provoca que estén en inferioridad a la hora de desarrollar su montura.

Honda contará con seis motos en 2018, dos más que Yamaha y dos menos que Ducati. Por su parte, Suzuki, Aprilia y KTM seguirán con las dos oficiales. Además, tanto Honda como Ducati contarán al menos con un tercer piloto con la última especificación –Crutchlow en Honda y Petrucci en Ducati– y está por ver si Yamaha decide dar esa consideración a Zarco.

Esta superioridad numérica se traduce en información. Mientras que Suzuki, Aprilia y KTM solo pueden comparar los datos de dos pilotos, el resto de marcas puede hacerlo con más del doble.

Las tres marcas ya han manifestado en distintas ocasiones su deseo de añadir un equipo satélite, pero distintos motivos han provocado que, al menos hasta 2019, no se llegue a materializar.

‘Nos gustaría tener otro equipo ayudándonos, apoyándonos, y este es un tema dentro de la fábrica’, reconoce el Team Manager de Suzuki, Davide Brivio. ‘Espero que podamos hacerlo, pero es bastante temprano para decirlo. Para nosotros es difícil porque nunca hemos proporcionado motos satélite’.

 

Enfrentamos al Piaggio MP3 500 Sport con el Peugeot Metrópolis 400 RS Ya en marcha, las diferencias son obvias y vienen dadas por las diferentes arquitecturas utilizadas. Piaggio emplea un sistema de paralelogramo en el que dos segmentos paralelos al suelo, anclados a la altura de la pipa de dirección, sujetan las dos ‘patas’ con la amortiguación de cada rueda. En Peugeot el sistema está formado por dos triángulos que cogen las ruedas y se unen al chasis por abajo y por el centro. En la parte superior hay un único mono amortiguador hidráulico que une ambas ruedas. Cuando una pisa un bache, los triángulos transmiten el movimiento hasta el amortiguador, con ‘damper mass’ o amortiguador de masas en cada punta para absorber vibraciones y movimientos. Es un sistema más complejo y con el centro de gravedad más bajo. Pero resulta menos efectivo y se aprecia en la conducción. El Piaggio ya era, desde su primer modelo, muy intuitivo y rápido de dirección y ahora, mejorado y con llantas más grandes, se muestra más estable. Es como llevar cualquier buen scooter, más estable todavía en cuanto al tren delantero.

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