Petición de cambio en la ley para la problemática de los animales exóticos o muy peligrosos y el daño que ocasionan en el ecosistema

La adquisición de animales exóticos y protegidos como mascotas personales es una tendencia que no es nueva, aunque sí existe una moda que la rige. Así, hace unos años se llevaba tener un cerdo vietnamita en el hogar, mientras que poco después lo más era tener una tortuga de Florida, un conejo enano, una cotorra argentina u otros animales más exóticos aún como camaleones, suricatos, chimpancés o serpientes.
Tener una mascota implica una responsabilidad muy grande, más aún cuando esta mascota puede ser peligrosa y es que, recordemos que a veces acontecen accidentes como el sucedió en Algeciras de la muerte de un joven que fue mordido por unas de sus serpientes o el reciente avistamiento del cocodrilo del Nilo que parece estar nadando por Valladolid.
Muchas veces, los dueños que adquieren estos animales se ven incapaces de poder continuar cuidándolos y los liberan en el medio natural más cercano. Lo que no saben esas personas, según indican los responsables del Servicio de la Guardia Civil Seprona, es que muchas de esas especies son invasoras y pueden romper el ecosistema equilibrado de la zona, como produjo la colonia de cotorras verdes en muchas localidades del territorio español. El cocodrilo del Nilo no sobrevivirá a las temperaturas de Valladolid, pero otras muchas especies sí son capaces de adaptarse, reproduciéndose y cambiando de forma drástica la biodiversidad local.
Por fortuna, el caso del cocodrilo del Pisuerga es un caso aislado. Según Seprona, el abandono de animales exóticos y/o peligrosos se reduce a casos anecdóticos, como este del cocodrilo, el caimán que hace unos años se capturó en el río Besós o unas crías de tigre en Marbella, en la provincia de Málaga.

Especies exóticas e invasoras

El problema se agrava mucho más y, por desgracia es mucho más frecuente, cuando hablamos de especies no peligrosas y que son invasoras. El pasado verano, el ayuntamiento de Tarragona tuvo que tomar una serie de medidas drásticas para acotar a una colonia de cerdos vietnamitas que se habían reproducido de forma rápida (70 en apenas unos años) cuando alguien abandonó por la zona a una cerda y a su cachorro. Los dos animales procrearon hasta conformar la peligrosa colonia actual.
De forma análoga, los árboles de Barcelona están copados de la mayor invasión de cotorras argentinas en España. Este animal incrementa su población a razón el doble por año, una estadística muy peligrosa.
Del mismo modo, cada año las autoridades de Cataluña deben retirar del medio ambiente más de 2.000 tortugas de Florida
Todas estas especies son invasoras, haciendo que su presencia haga retroceder a otras. Las tortugas de Florida, por ejemplo, son muy agresivas con otras especies al reclamar su espacio, además de alimentarse de la misma dieta que otros animales que cohabitan en ese mismo medio. Las cotorras argentinas, por su parte, están en continua pugna con las palomas en la creación de nidos y defender sus árboles, relegándolas a ser repatriadas hacia otras zonas.
Hace varios años también sucedió la introducción de una especie peligrosa para el medio ambiente y que amenazaba con romper la biodiversidad del Parque Natural del Delta del Ebro. Estamos hablando de la Rana toro que, por fortuna, fue una invasión que pudo ser erradicada.
No obstante, este caso del anfibio es algo aislado, pues es muy complejo lograr erradicar a una especie de fuera si esta es capaz de adaptarse al nuevo entorno. Según Seprona, se hace necesario nuevas leyes que regulen de forma más efectiva la tenencia de especies invasoras no naturales del país de residencia. No en vano, el 90% de los españoles sostienen que un animal exótico no debería ser considerado animal de compañía.
Recordemos que, en la actualidad, existe una lista negra de animales que son considerados peligrosos tanto para la salud individual como la del medio ambiente y que, por lo tanto, no se puede tener como mascota privada. No obstante, esa lista se hace insuficiente ante los continuos añadidos y rectificaciones que se deben hacer por las nuevas especies que se van detectando en el país o que no pusieron en un principio. Así, aunque la Rana toro está contemplada en el listado, igual hay otra rana muy parecida a esta pero que se llama de otra forma, y sí estaría permitida que se introdujera en el país.
Al final, lo que debe priorar es la concienciación y el uso de la razón por parte de toda la sociedad, todo ello regulado por una ley concreta, claro está.

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