El Banco de Santander pide que se regule más el crédito para favorecerlo.
No para regularlo más, sino para regular a las entidades que no ofrecen crédito. La entidad cargó contra la carga de capital en el sector financiero, la cual impulsan los reguladores tras el comienzo de la recesión económica. El director de relación con los supervisores del grupo cántabro, José Manuel Campa, criticó de manera contundente las reglas impuestas desde la caída de Lehman. También consideró que la recapitalización no ha ido acompañada de un aumento del crédito y aconsejó que se castigue a aquellos bancos que cuentan con un colchón de solvencia muy por encima de los requerimientos que no incrementen su saldo de préstamos, en vez de penalizar a aquellos que conceden financiación sin tener unos ratios de capital demasiado elevados.
TLAC para los grupos sistémicos a nivel internacional, elevará el capital y los instrumentos que asumen pérdidas del sistema al 16% sobre los activos en riesgo como mínimo. Así mismo reclamó que se tendría que tener en cuenta los perfiles de riesgo de cada banco y en concreto sobre la autonomía de las filiales ya que en el nuevo marco no se va a reconocer esta independencia, por lo que no es una buena noticia para los bancos españoles.
En un informe presentado por la compañía PwC, asegura que uno de los retos del sector es la falta de rentabilidad en una época de escasa actividad y de tipos de interés bajos y corroborado por el subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, en las mismas jornadas. También recomendaron varios asistentes, entre ellos el número dos del organismo supervisor, el cual insistió en la necesidad de que haya nuevas fusiones en nuestro país y en Europa, pero reclamó que éstas se materialicen de una manera ordenada, al igual que los ajustes de personal.
Las fusiones son necesarias para lograr entidades financieras capitalizadas, con liquidez, con un ahorro importantísimo en recursos físicos e humanos y cada vez más competitivas en el marco tanto nacional como internacional.