Las empresas mantienen el teletrabajo como método de adaptación para la nueva normalidad

La crisis del coronavirus instó de forma obligatoria la ejecución del teletrabajo en casi todas las empresas durante estos meses. Ahora, en plena fase de desescalada progresiva (con un 70% de la población española ya en Fase 2) se está volviendo a los puestos de trabajo habituales, aunque aún se puede necesitar tiempo antes de que suceda al 100%. No obstante, en la última publicación del BOE se sigue insistiendo en la obligatoriedad de fomentar el teletrabajo siempre que sea factible.
Los sindicatos coinciden en que el teletrabajo es un método laboral que ha funcionado bastante bien con los métodos que disponíamos y que ha demostrado que es posible conciliar la vida personal y la profesional sin pérdida de efectividad. Esta adaptación forzosa, lejos de ser un castigo para las empresas, ha denotado incluso una fantástica mejoría en algunos departamentos.
También es cierto que el trabajo en remoto es imposible de desarrollar en varios sectores empresariales por las propias cualidades de la actividad a desempeñar. Industrias de manufactura, fábricas, el sector de la construcción, los comercios, la hostelería y la industria turística son claros ejemplos donde la necesidad de estar presente físicamente es imprescindible.
Por otro lado, este cambio radical de teletrabajar no asaltó a determinadas compañías que ya tenían instaurado este método en su dogma empresarial. Son varias las que empleaban el teletrabajo por diversos motivos. A veces, el trabajador requería de una movilidad que hacía inviable estar en la oficina, mientras que otras veces ha sido por conciliación forzosa de familias desestructuradas. No obstante, la razón más notoria aplicada es para motivación de sus empleados, que veían como determinados días de la semana podían trabajar desde casa para fomentar así su comodidad y bienestar. 
Los empleados que ya disfrutaban de este método de trabajo antes de estallar la pandemia y el confinamiento forzoso, agradecían el poder disfrutar de estas medidas permisivas.

Gran aceptación del teletrabajo

El análisis más fuerte es el que se ha elaborado con las grandes empresas que trabajaban con medios analógicos y que tenían poca adaptación a la digitalización. La conclusión ha sido muy esperanzadora, pues tanto los directivos como los trabajadores han mostrado un nivel de agrado y de interés fantásticos.
Lo que es evidente es que este método de trabajo ha llegado para quedarse como apoyo a los medios convencionales.

Cuáles son los problemas a afrontar para teletrabajar al 100%

La globalización del teletrabajo ha autorizado a multitud de empresas el poder continuar con su actividad prácticamente sin variaciones durante la pandemia de la COVID-19, pese al confinamiento. No obstante, este éxodo forzoso trae consigo varios obstáculos, ya que en múltiples casos el teletrabajo estaba ideado de forma poco precisa, con un protocolo de acción sin herramientas definidas y para solo algunos departamentos.
El mayor problema observado es que el horario de los trabajadores mostró desvaríos en horas extra y horas de menos al no tener dichos empleados bien definido el horario a seguir. Algunas empresas, por su parte, se han topado con el problema de una merma de la productividad. El problema de ambas partes está precisamente en no definir de forma correcta los procedimientos que deberán dirigir a las plantillas.

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