La creatividad de los restaurantes para su reapertura en plena desescalada
Son muchos los restaurantes que, ante la posibilidad de poder abrir de
nuevo sus puertas pero con constancia de que aún seguimos bajo el manto pandémico
del coronavirus, se han reinventado para seguir dando su servicio y poder
garantizar a sus clientes que se mantiene las medidas de seguridad higiénicas
debidas.
Así, se algunos han establecido que se pueda comer mesas donde cada persona
estará rodeada por un escudo de plástico, creando una barrera física protectora
que asilará al comensal. Dichos escudos están elaborados con plexiglás y van
montados cual enormes pantallas transparentes colgantes del techo, algunas de
ellas equipadas con puertas de entrada y otras que suben y bajan según se
necesite.
Restaurantes como H.A.N.D., en París, ya lo han implementado para
transmitir la máxima seguridad a su clientela mientras se va reduciendo las
restricciones de movilidad presentes por el nuevo coronavirus.
Y es que, los restaurantes están obligados por ley a mantener el distanciamiento
social entre sus clientes, un hecho que pormenoriza mucho su aforo y la
cantidad de gente a la que pueden asistir.
Otra idea más económica y que se está generalizando es la de ubicar maniquís
cada dos mesas para mantener ese espacio obligatorio entre cada cliente. Se ha
procedido incluso a ataviar a dichos muñecos con ropajes de todo tipo, desde
vestidos de gala a modelos más casuales. Este método también sirve para
publicitar determinados artículos de modistos locales, que anuncian ahí sus
productos de moda, con el precio y teléfono en caso de querer contactarles.
La idea es propiciar que los clientes estén seguros, que se respeten las
normas de seguridad estipuladas por el gobierno respectivo y que, si se puede,
se obtenga un beneficio, todo ello sin desechar la creatividad.
Una alternativa a este último punto, pero más ociosa y acogedora, se está
llevando en pueblos de Alemania, donde los maniquís son gigantes osos de
peluche elaborados con materiales antibacterianos y que, además, despiertan
sonrisas entre el público allí presente.
Otra opción que se desarrolló con fuerza sobre todo al inicio del
estado de alarma, ha sido implementar el servicio a domicilio o, en el caso de
tenerlo ya activo, explotarlo con más fuerza. Se está viendo como chefs de prestigio
internacional se han unido a esta nueva moda en sus restaurantes de insignia, no
solo para generar al menos algunos ingresos, sino también para recordar a su
público que siguen en activo y que continúan elaborando las exquisiteces de
siempre.
Sea como sea, es fantástico toda iniciativa para atraer a más comensales
sin dañar la seguridad de los mismos o de los empleados. La solución de la
hostelería parte de intentar ser creativos y fuertes en aquello que sí se puede
hacer, un hecho que cuando la nueva normalidad llegue, los potenciará mucho.