La Agencia Española de Protección de Datos ha decidido multar con 900.000 euros a Google por declarar ilegales los tratamientos de datos personales de sus clientes. Establece que Google no da datos suficientes sobre sobre los datos que necesita y para qué los va a utilizar, entre otros.
La agencia ha declarado que se vulneran algunos principios de la Propiedad Intelectual y Protección de Datos. Es una acción española que se realiza junto a las Autoridades de Protección de Datos de Alemania, Francia, Holanda, Italia y Reino unido tras la falta de reacción de Google a los requerimientos previos anteriormente.
Se ha investigado a Google y se ha podido saber que recopila información personal sin dar información adecuada sobre la utilización de dichos datos personales, y además sin consentimiento válido de sus titulares. Un ejemplo que especifica la agencia es que no se informa bien de que a los usuarios de Gmail se les realiza un filtrado del contenido del correo y de los ficheros anexos para insertar publicidad.
Para explicarlo se utilizan palabras y frases ambiguas, como prodía ser o mejorar la experiencia del usuario, hecho que ha se ha visto como una política de privacidad indeterminada y poco clara. Son algunas de las razones del porqué se multa al gigante tecnológico, pues el usuario no expresa su consentimiento tampoco de estas acciones.
La agencia también establece que Google combina la información personal obtenida a través de los diversos servicios o productos y la hace servir para otras finalidades que no especifican con claridad. Se señala también que Google almacena y conserva datos personales por periodos de tiempo indeterminados o injustificados. Y que obstaculiza el ejercicio de los derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición.
El pasado año, Google modificó la política de privacidad y las condiciones de uso de la mayoría de sus servicios. Ello dio lugar a un modelo tratamiento de datos basado en la transversalidad, generando un uso de los datos personales que excede ampliamente las expectativas que un usuario podría esperar de la utilización de un servicio.