El Parque Tecnológico vasco se recicla y se vuelca en el desarrollo de respiradores y tests
Publicado hace 5 años
Desde que se extendió el brote del COVID19 en España y se produjo el inicio del estado de alarma, numerosas empresas han focalizado su producción e investigación en generar medios para evitar el contagio. Algunas de ellas han ido incluso más lejos, volcándose en su totalidad para combatir al virus con estudios para suplir las necesidades y carencias que más se demandan en estos días, sobre todo en lo relativo a la sanidad.
Destacamos hoy el ecosistema empresarial habido en el Parque Tecnológico de Euskadi, donde 544 empresas y 43 centros de tecnología e investigación han aportado de forma pública los conocimientos y desarrollos que sus más de 18.000 trabajadores son capaces de hacer a fin de que puedan ser útiles para la lucha contra el COVID-19. Dicho listado se ha trabajado de forma eficiente y voraz para desencadenar múltiples proyectos de prevención y ayuda sanitaria que, cada día que pasa, siguen creciendo en número.
Son muchas las empresas que se han reciclado y que han cambiado sus labores habituales para ayudar a la población. Recordemos como las fábricas de SEAT se centraron en la fabricación de respiradores o como numerosos colectivos industriales reprogramaron sus máquinas para crear mascarillas protectoras. Todo por un bien común: vencer al virus.
Así, el grupo de empresas Tekniker está participando en el diseño y montaje de un dispositivo de ventilación para enfermos que padezcan la patología. Son unos mecanismos que automatizan el proceso de encender o apagar los respiradores según las necesidades del paciente, un hecho que abre las puertas a que se puedan usar respiradores artesanales menos sofisticados que no tienen integrado dicha función.
Por otro lado, la empresa Addimen está volcada en la creación de unos bifurcadores que habilitará que los respiradores puedan servir a dos pacientes de forma simultánea. Dicho mecanismo ya existía en una primera versión muy pesada y poco práctica debido a su tamaño, algo que esta empresa ha sabido solucionar bajando su peso a la mitad.
El Instituto de Investigación Sanitaria Biodonostia está siguiendo los pasos dictados por el Hospital Donostia de microbiología para desarrollar y ofrece análisis biológicos para detectar el COVID-19.
Biokilab, otras de las empresas sitas en el Parque Tecnológico de Euskadi, también está centrado en el desarrollo de unos detectores portátiles de COVID-19 mediante el estudio e identificación de los anticuerpos desarrollados cuando uno está contagiado por el patógeno.
BCMaterials, haciendo eco a su labor de nanotecnología, trabaja en unos sensores capaces de detectar la enfermedad incluso en estadíos tempranos, cuando aún se es asintomático. Así mismo, están trazando unos proyectos innovadores en relación a mascarillas reutilizables de alta eficacia.
Innovako, por su parte, trabaja con ahínco en un sistema de identificación de radiografías capaz de evaluar con casi total certidumbre quién está contagiado y quién no, lo que unido al trabajo de la empresa E-Process Med para facilitar los diagnósticos de forma telemática, desemboca en una alianza médica muy próspera.
No queremos olvidarnos también de la startup Alevitro, centrada en el estudio de plantas medicinales y en sus capacidades bioactivas para combatir al COVID-19, de forma análoga a como lo hace la bioclorina.
La capacidad camaleónica que han tenido muchas empresas durante el azote del coronavirus no solo es digna de admiración, sino que está realmente está dejando patente la cita que tanto suena estos días de “Entre todos, podemos”.
Empresas
Tecnología
Ocio
Instituciones