Iberdrola, Endesa y Naturgy obtienen 51 millones de fondos europeos para digitalizar las redes eléctricas
El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado una noticia favorable para las principales empresas distribuidoras de energía eléctrica. La Secretaría de Estado de Energía, adscrita al Ministerio para la Transición Ecológica, ha dado luz verde a la resolución que asigna subvenciones directas a las compañías eléctricas por las inversiones destinadas a la digitalización de las redes y al desarrollo de infraestructuras para la recarga de vehículos eléctricos en el periodo 2021-2023. Estas ayudas provienen del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea, y suman un total de 51,4 millones de euros, repartidos entre Iberdrola, Endesa y Naturgy, que son las empresas más grandes del sector.
En detalle, 16 empresas del sector presentaron adendas a sus planes de inversión de 2021 para poder optar a estos fondos europeos. Las cuantías asignadas son las siguientes: i-DE, filial de Iberdrola, recibirá 17,6 millones de euros; UFD, de Naturgy, se beneficiará de unos 7,8 millones de euros; y E-Distribución, la división de Endesa, obtendrá cerca de 26 millones de euros.
Durante el proceso de audiencia pública de esta resolución, seis empresas presentaron alegaciones, las cuales fueron evaluadas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para determinar si procedía la revisión de las propuestas de pago. Tras dicho análisis, el 2 de agosto de 2024, la CNMC emitió un nuevo informe en el que revisó las propuestas de pago para cuatro de las seis empresas que presentaron alegaciones.
La necesidad de digitalización y el futuro regulatorio
Las compañías eléctricas llevan tiempo reclamando que el próximo periodo regulatorio, que abarcará de 2026 a 2031, se ajuste a las crecientes necesidades de digitalización e innovación que requieren las redes de distribución. Argumentan que es esencial que se reconozcan dentro de sus inversiones ciertos activos intangibles, que son fundamentales para la modernización del sistema.
Para evitar futuros rechazos de activos necesarios, como ha sucedido con algunos equipos clave, las eléctricas urgen al regulador a definir con claridad los tipos de inversiones que serán aceptables en el nuevo marco regulatorio. Entre estos activos se encuentran instalaciones de control remoto, sistemas de comunicaciones y otros elementos críticos que no siempre han sido adecuadamente valorados.
El sector insiste en que la digitalización no solo es crucial para mejorar la eficiencia y fiabilidad de las redes, sino también para integrar a los nuevos agentes del mercado, especialmente en lo que respecta a la gestión de la demanda. Un informe de Eurelectric, la patronal europea del sector eléctrico, señala que alrededor del 16% de las inversiones de los operadores de sistemas de distribución (DSOs) deberán dirigirse hacia la digitalización de aquí a 2030. Aunque la Circular 6/2019 ya reconoció la importancia de estas inversiones, las compañías piden más ambición para seguir avanzando en esta transformación y una mayor transparencia sobre los requisitos futuros, en colaboración con los actores del sector.
Expectativas ante el nuevo marco retributivo y el Tribunal Supremo
Las distribuidoras de energía también están pendientes de conocer la propuesta de la CNMC sobre la tasa de retribución financiera (TRF) y el nuevo marco retributivo para el tercer periodo regulatorio. Según fuentes de La Información económica, el planteamiento inicial del regulador no satisface plenamente a las compañías, por lo que se prevé que el borrador de la circular sea sometido a consulta pública entre noviembre y diciembre, con la adopción definitiva prevista para finales de octubre de 2025. Así, las empresas tendrán aproximadamente un año más para seguir negociando y defendiendo sus intereses en este tema crucial.
Además, las grandes distribuidoras esperan con interés las decisiones del Tribunal Supremo en relación con la retribución de 2019, ya que algunas sentencias preliminares han dado lugar a compensaciones significativas para distribuidoras de menor tamaño. Estas decisiones reconocen en gran medida los costes de operación y mantenimiento asociados a la actividad de distribución, incluso aquellos no directamente vinculados a los activos eléctricos. La retribución de 2020 fue de 5.264 millones de euros, conocida en agosto, mientras que la de 2021, aún provisional, se estima en 5.255 millones de euros. En ambos casos, no parece que el sector vaya a presentar reclamaciones, prefiriendo mantener la calma mientras esperan la propuesta definitiva de la TRF para el próximo periodo regulatorio.
Este contexto refleja la importancia de las inversiones en digitalización, que no solo buscan modernizar las redes eléctricas, sino también adaptarlas a las exigencias de un futuro donde la electrificación y las energías renovables jugarán un papel cada vez más crucial. Con estas ayudas europeas, Iberdrola, Endesa y Naturgy están mejor posicionadas para liderar este cambio hacia una infraestructura energética más inteligente, flexible y eficiente.