04/06/2020
Hans Henri P. Kluge, el director regional de la Organización Mundial de la Salud en Europa, ha requerido a todos los paÃses miembros de la Unión Europea que afronten la transición hacia la nueva normalidad mediante unos principios determinados por la salvaguardia de la salud pública, pues la posibilidad de que surja una segunda ola de brote de contagio del COVID-19 podrÃa ser fatal.
Recordemos que Europa tiene 2,2 millones de personas infectadas, con un balance de más de 180.000 fallecidos como consecuencia de los sÃntomas avanzados del nefasto coronavirus. Si bien es cierto que los casos documentados en estas últimas semanas han decrecido a casi a la mitad desde el mes de abril, Kluge remarca que el riesgo continúa siendo muy alto ante la posibilidad de un rebrote.
El dirigente de la OMS no ha escatimado palabras para recordar que algunos paÃses tales a Rusia o Ucrania, están transitando por una estabilización gradual y sostenida, afrontando incluso una disminución de los contagios, mientras que otros han contabilizado pequeños incrementos de ese valor a medida que iban reajustando y aprobando las medidas de salud pública de contención para detener la progresión del COVID-19.
Es en ese último punto donde, Kluge, insiste en que la evolución hacia la nueva normalidad debe guiarse por unos métodos inspirados en la salud pública y que tengan muy presente los aspectos económicos y sociales del paÃs. La transición debe ejecutarse gradualmente y con una cautela constante, evaluando en todo momento los Ãndices de contagio. Que podamos padecer una segunda ola no está descartado, una amenaza que puede verse favorecida a medida que los paÃses van relajando sus restricciones.
Kluge advierte en un profundo análisis, como Europa no sostiene actualmente mejores Ãndices sociales y sanitarios a cuando empezó la pandemia, a principios del año, puesto que aún seguimos sin disponer de una vacuna o algún tipo de tratamiento definido para combatir el coronavirus. Lo que sà es cierto, y él mismo subraya, es que todos hemos aprendido valiosas lecciones de esta primera ola, lo que nos ha servido para armarnos mucho mejor antes posibles réplicas futuras. Los paÃses están mejor preparados, disponen de herramientas ya conocidas para enfrentar los contagios y conocen cuál es el alcance probable de sus acciones.
El dirigente de la OMS luego se refirió a Asia, donde los contagios están incrementándose de forma leve a cada paso que se da en favor de relajar las medidas de control. Es por ello que sostiene que es necesario y crucial monitorizar en tiempo real el estatus de la pandemia, ostentando asà una capacidad de reacción mucho más rápida y eficaz.
Según sus valoraciones, el coronavirus va a estar conviviendo con nosotros durante bastante tiempo antes de que consigamos domarlo y extinguirlo, a menos que se produzca antes el hallazgo de una vacuna.
Sobre la futura existencia de esta vacuna, Kluge proclamó que la OMS volcará todos sus esfuerzos para que se distribuya de forma equitativa para que llegue a la totalidad de la población de forma progresiva, insistiendo sobre todo en los paÃses donde mayores Ãndices de mortalidad y contagio existe. Mientras llega ese dÃa, insiste en que los paÃses deben vigilar continuamente la situación epidemiológica que alberga y deben ajustar las medidas de seguridad gradualmente, todo ello sin olvidar que, en un mundo globalizado, todo puede volver a surgir en cuestión de semanas, tirando abajo todo lo conseguido en meses de duro confinamiento.